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“Yo no lo elegí, me eligió a mí” Bolívar Parra

  • Melanie Pincay
  • 29 jul 2017
  • 5 Min. de lectura

Bolívar Parra, periodista y fotógrafo. Actualmente editor gráfico de diario Expreso y Extra, cuenta con una trayectoria de más de doce años dedicada a la fotografía. Una trayectoria en la que ha vivido todo tipo de experiencias, siempre acompañado de su cámara y la pasión por este arte.

¿Cómo nació esa atracción hacia la cámara?

La atracción a la cámara nació por accidente. Estaba por terminar la universidad y tenía que hacer las pasantías laborales, me mandaron que las haga en el área de expresiones del Expreso, pero el editor de ese momento, José Hernández, me envió a fotografía. Recuerdo que ni siquiera sabía coger una cámara entonces un gran amigo, que está en Suecia, me ayudó. Me frustré ese día porque lo que me habían asignado no era nada lo que yo esperaba. Al día siguiente, llegué y pensé tengo que hacerlo. Entonces me empeciné en fotografiar. El diario fue mi escuela de fotografía.

¿Qué otras cosas tenías en mente antes de llegar a la fotografía? Y ¿quiénes te han influenciado?

Ser periodista de medios impresos, no tenía en mente a la fotografía. Mi influencia en la fotografía han sido los fotógrafos del diario Expreso.

¿Recuerdas una fotografía en especial que te haya marcado? Y ¿por qué?

No sería una fotografía, sino las experiencias al momento de fotografiar son las que te marcan. La vida de un fotoperiodista está repleta de experiencias. Conocer Guayaquil como realmente es, el fotoperiodismo me ha permitido conocer los lugares más recónditos de la ciudad. Estar buceando en aguas territoriales en Perú buscando un galeón de 1600. Otra experiencia que me enseñó a nivel personal fue en Monte Sinaí en la época de las inundaciones. Había una casa que no tenía techo, donde vivía una madre de familia con cuatro hijos y que solo tenía un colchón, fue un acto de generosidad que me marcó.

Con muchas experiencias enriquecedoras profesionales y personales ¿Cómo ha sido la evolución de Bolívar Parra?

La evolución de Bolívar Parra ha sido de ser pasante a terminar siendo director, pasando por un sinnúmero de experiencias aquí en el Expreso y en la revista Semana un par de años. Me ha tocado escribir, irme a coberturas a otros lados, escribirlas y fotografiarlas. Yo creo que en realidad uno mismo se da las pautas de la evolución, cuando en un momento alguien se empieza a sentir muy cómodo y las cosas comienzan a salir fáciles, en ese momento tienes que ponerte las pilas, no tienes que caer en la zona de confort, si te acomodas muchos te vas a estancar. Tienes que incomodarte, para progresar. Por eso el paso que estoy tomando y que me incomoda es mi maestría, pero lo estoy dando porque quiero seguir evolucionando.

Cada fotógrafo quiere comunicar algo al momento de realizar una fotografía ¿Qué es lo que sueles expresar cuando tomas una fotografía?

El fotógrafo tiene un privilegio y una responsabilidad, el primero que es informar desde sus propios ojos, llevarle al público lo que él está viendo. Y que comúnmente las personas no ven. Y responsabilidad porque se tiene que ser muy fiel al transmitir esa información, así como es fácil mentir por palabras o texto es muy fácil mentir por imágenes.

¿Crees que lo que expresas en tus trabajos puede llegar a ser un reflejo de cómo eres tú?

Sí, quizás en la manera de componer, organizar elementos o iluminar, se pueda ver algo de mi personalidad, no obstante tengo que ser lo suficientemente profesional para no dejar que mis gustos y preferencias influyan en la información que se transmite.

¿Cómo es Bolívar Parra?

Soy bastante tranquilo y hogareño, muero por mi esposa y mi hija. Procuro quedarme en casa. Me levanto temprano para hacer ciclismo en montaña que es mi otra pasión, y muy convencido de la necesidad del servicio a Dios.

¿Consideras que las personas que te rodean te ven cómo tú te ves?

No, yo sé que a muchas personas les caigo mal, hasta yo mismo me caigo mal, soy exigente y hay personas que no les gusta eso y se tiende a malinterpretarse.

Bolívar, después de graduarte como periodista en la UEES y vivir una experiencia académica en Argentina, decidiste especializarte en fotoperiodismo ¿Por qué elegiste ese campo y no otro?

Yo no lo elegí, me eligió a mí. Caí por accidente y se me metió entre ceja y ceja ser el mejor, no sé si lo sea. A lo mejor no, es lo más probable. Cada vez que voy a una cobertura me creo el mejor. Decidido a hacer las mejores fotografías, y no porque sea el editor de fotografía tiene que salir la fotografía que yo hago, tengo que mostrar con mi trabajo que lo soy.

A parte de aprender cómo estudiante, también has dado clases en la UCG ¿Podrías describir esa experiencia como docente en tu vida?

La experiencia como docente es super chévere, uno aprende mucho de los alumnos. Pienso alejarme de los medios y dedicarme a tiempo completo a la cátedra. Me apasiona la cátedra, aprendes muchísimo, te obliga a aprender, refrescas conocimientos, te das cuenta de cosas que sabías que pasaban, pero no porqué pasaban y al dar cátedra e investigar te vas dando cuenta.

Padre de familia, fotógrafo, profesor y esposo ¿En cuál de estas facetas crees que te desenvuelves mejor?

Para mí lo más importante es mi familia, todo es secundario. La fotografía no es lo más importante, es un medio. Mi familia es mi refugio, cuando todo está que se me desmorona por fuera. Llegar a mi casa y saber que todo está bien con mi familia, mi esposa, mi hija, y si mi refugio está en orden puedo hacer frente a cualquier cosa.

¿En estos momentos tienes algún sueño en mente?

Sí, varios. Escribir un libro de la historia del fotoperiodismo en Ecuador. Investigando para la cátedra me he dado cuenta de la poca información que hay al respecto, sueño con hacer ese libro.

¿Qué consejo le darías a tu yo del pasado o a cualquier joven que quiera seguir un camino profesional similar al tuyo?

A mi yo del pasado, le diría que se incomode ahora, que no espere tanto y haga las cosas más temprano. Simplemente aprovechar mejor el tiempo, no me arrepiento de nada de lo que he hecho, así sean malas porque de todo eso he aprendido. Y a las personas que quieren hacer fotoperiodismo ahora, que nunca se olviden de su público, siempre fotografíen o escriban para sus lectores, no fotografíen ni escriban para ustedes, o para sus amigos fotógrafos, nunca se olviden del lector.

 
 
 

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